lunes, mayo 21, 2007

LADRON DE LADRONES


Un día como todos, salir desde la oficina de venta de celulares con los equipos celulares empacaditos y listos para entregar, “los clientes estarán expectantes” suponía en medio de esas ganas de hacer todo bien y de avanzar un poco mas en la meta impuesta por el supervisor.

Las escaleras interminables me dieron tiempo de pensar en mis hijos, en mi esposo y en su reciente éxito. El paseo Ahumada estaba perfectamente poblado, como siempre, atestado y lleno de vida…como a mi gusta, como a mi me deleita esta ciudad.

Avancé dejando que el viento de la primavera jugueteara con mi tarea, recuerdo que alcance a llegar al ingreso al metro Universidad de Chile cuando sentí un primer empujón. La fuerza de ello me dijo que no era nada bueno. Forcejeo mutuo, grito mío, los ojos azules de el…

De inmediato me aferre a mis pertenecías pero la bolsa con los celulares ya hacia en poder de Jesús. Alcance a gritar un instante cuando un segundo tirón me pretendía arrancar la cartera que siempre sujeto como si fuera parte de mí.

El segundo grito fue aun mejor, recuerdo que las palomas arrancaron del suelo como si el mismo cañonazo de las doce se repitiera a las 4 y media de la tarde, grite con todo, como si estuviera pariendo a mi primer hijo, como si me robaran el alma misma, como si de mi vida se tratase.

Pedí ayuda con todas mis fuerzas y ningún chileno se inmuto, solo Mateo, un señor peruano que de una patada certera hizo caer a Jesús que huía velos con mis celulares nuevos. El muchacho reboto en suelo como un atleta olímpico dejando los teléfonos en el suelo y perdiéndose entre la gente.

Del sujeto que intento robarme la cartera nada supe, solo me concentre en recoger los celulares que estaban tirados. Recuerdo que en ese momento un frió me entumeció. Fue realmente cuando me di cuenta de lo que había pasado. Me asaltaron pero…repelí el asalto.

Carabineros también llego por la fuerza de mi grito. Me pidieron que hiciera alguna declaración y agradecí la prontitud, cuando de entre la gente, un funcionario municipal me trae cara a cara a Jesús, el ladrón…

Venia sin su jokey y sin su chaqueta pero era tan clara su cara y sus hermosos ojos azules… Imposible no reconocerlo.

El descartándose decía que no hacia nada, que venia por un bono de su mamá, que no había hecho nada, yo lo encare:

¡Que haces…hasta cuando mientes con tu vida, tu lo hiciste, te escondite el “yoqui” y botaste la chaqueta… ¡¡mírame a los ojos !! ¡¡ Mírame niño por dios!!

El solo mira hacia el suelo, la carabinera me decía si quería declarar el robo:

Claro que lo quiero declarar. Señorita

Decidida le pregunte:

¿Como te llamas hijo, como te llamas?

Jesús dijo sollozando.

¿Y hasta cuando vas a seguir?

Pero mamita, soy un niño

No eres un niño eres un hombre, y eres un hombre bello, ¿por que? ¡¡¿Por que?!!

Señora no lo mire a la cara, decía el carabinero

¡¡ No pué, esto tiene que parar!! ¿Cuando vas a parar Jesús?, ¿pero que insistes en creer que no sirves para nada? ¿Hasta cuando robaras? ¿Por que crees que no vales nada? ¿Ah?!! ¡¡ Mírame hijo por dios!! ¿Hasta cuando? ¿Hasta cuando? esto va a parar, tienes que parar…

Señora tranquilícese. Insistía la carabinera.

No me tranquilizo por que esto es una mierda. Vamos a la comisaría lo quiero en el calabozo. Que se lo lleven a la cárcel para que cambie. Para que este niño cambie de una vez.

¡¡ Mamita por favor perdone…si no le robe nada…!!

¡¡ Pero por favor para Jesús!! Para de una vez. Date cuenta que puedes dar más, que eres una persona. Que te mereces otra vida. Vamos a la comisaría. ¡¡ Te denuncio mierda, para que cambies!!

¡¡ No mamita, noooooo….por favor que me van a matar!! ¡¡¡ Nooooooooo….!!

Una vez dentro, me entere que ya tenia 3 asaltos denunciados y con detenciones. La familia del muchacho llego a buscarlo pero lo pasaron a la fiscalía del Ministerio público y quede de declarar el intento de robo con agresión.

Jesús era su nombre, azules sus ojos, 19 años… Lo apuñalaron en el pecho y la garganta después de que lo violaran mas de treinta presos, todo el patio 12 de rematados.

Sus ojos azules me intentaron decir que ya no podía parar, que ya era demasiado tarde, demasiado bello. Sus ojos azules, su miserable belleza y mis ganas estúpidas de cambiar lo que ya es imposible.-