jueves, agosto 10, 2006

JODOROWSKY

La monja esta siendo quemada viva. Un mendigo, acosado por el frió, había llegado a la iglesia pidiendo albergue. Porque no tenía con que hacer un fuego para calentarlo, la monja quemo una virgen de madera. Ahora el abad, viejo reseco a quien nadie había visto sonreír, la quemaba a ella, acusándola de comunista sacrílega. Ardió la pira, ardió su cuerpo, ardió su cuerpo, pasaron la horas, los días, tres semanas, y la carne siguió echando llamas sin consumirse. Las noches de la aldea ya no eran oscuras, los gallos no cesaban de cantar, los vecinos no podían dormir. Formaron filas, se pasaron baldes llenos con agua para empaparla, el incendio no ceso. Así, lanzando lenguas de fuego, la arrojaron a un pozo que colmaron con arena. De ese profundo sepulcro emergió un calor intenso que atrajo moscas, arañas y víboras. Decidieron desenterrarla. La encontraron aún en llamas y además viva. Le rogaron que dejara de arder. Sin decir una palabra caminó hacia la iglesia, bajó del púlpito al abad y lo estrechó contra su pecho. "¡Entra en Su corazón!" Cuando el viejo se consumió sin dejar cenizas, ella dejó de arder. Tomó una escoba y, como de costumbre, se puso a barrer el piso. Los aldeanos le llevaron pedazos de leña temiendo que algún otro mendigo llegara a pedirle albergue.