Cielo eterno
de miradas desesperadas
toca mi copa en brindis
toca mi pecho en celo
que la arena nos bañe desde ahora
los pasos
los vientres
y el sueño
Universo infinito de sentidos. Mi presencia es diminuta comparada a lo posible. Rastros solo quedan entonces, en mi bitacora... mi pequeña guia.-